VATICANO. JUAN PABLO II. “Con Benedicto XVI estamos conociendo a fondo la personalidad del cardenal Ratzinger”
"Il portavoce" recuerda la noticia más importante del año
El 51 % de los italianos considera que el fallecimiento de Juan Pablo II es la noticia más importante, y más triste, del año. Como ocurre en otros países, también Italia concede a Benedicto XVI el primado del personaje del año.
Para comentarla, Navarro-Valls acudió a la sede de la Asociación de la prensa extranjera en Roma. Ha sido una de las pocas veces que el portavoz de la Santa Sede comparece fuera de la Sala Stampa.
Precisamente, Navarro-Valls presidía esta asociación cuando Juan Pablo II le nombró portavoz del Vaticano en 1984. “Esta sigue siendo su casa, si algún día quiere volver...”, le dijo el vicepresidente de la asociación. Una invitación que “il portavoce” aceptó entre sonrisas.
“En 22 años de trabajo cerca de Juan Pablo II no recuerdo ni siquiera una vez en la que nuestro trabajo se enfocara a despertar el interés hacia Juan Pablo II”, explica Navarro-Valls. “Más bien, a no decepcionar las expectativas que ya existían”.
Algo parecido ocurrió durante la cobertura de la enfermedad del Papa polaco. La ausencia de Juan Pablo II de las ceremonias de Semana Santa confirmó lo que nadie quería aceptar.
“Aquel último mes nos preguntamos cómo enfocar el trabajo, si mantener o no las distancias para proteger la vida privada del Papa. No hubo oportunidad de preguntárselo a él mismo. Quizá sí durante su primera convalecencia en el Gemelli, pero no más tarde. Además, no parecía oportuno”, continúa.
“Pensamos que si el Papa durante los años de enfermedad no había escondido nada, había asumido sus propios límites con mucha naturalidad y elegancia y los había convertido en mensaje pastoral, nosotros no podíamos “amputar” de su biografía personal aquellos últimos meses”.
Una decisión difícil, que no compartieron algunos altos cargos del Vaticano, pero que reunió ante el televisor a personas de todas las religiones. “La gente tenía la impresión de asistir a la muerte de un pariente cercano”, constata Navarro-Valls.
¿Cómo vivió usted aquellos días? “Mientras que en los briefings uno se debe mantener objetivo, dar los datos y sólo los datos, cuando un periodista me preguntó cómo estaba, se vio toda mi vulnerabilidad”. Se refería a la rueda de prensa del 1 de abril en la que no pudo contener las lágrimas y respondió que “en 26 años de Pontificado no he visto nunca a Juan Pablo II como hoy”.
“Recuerdo aquellas multitudes. Primero llegaron los romanos, después los europeos y más tarde los de fuera de Europa. Todos querían estar en el velatorio de Juan Pablo II”, continúa relatando. “Después de las primeras 48 horas, pregunté a las fuerzas del orden y me explicaron que la media de espera en las colas era de 9 horas y 20 minutos. Y todos, en un orden extraordinario, a pesar de que muchos acababan de aterrizar en Roma después de larguísimos viajes”.
¿El impacto mediático de la figura de Juan Pablo II y de lo que ocurrió aquellos días? “A mí no me asombra nada”, reconoce. “Una vez más, los medios han sabido transmitir el hecho religioso, y de esto es un poco responsable Juan Pablo II. Vivimos en un contexto que llamamos “modernidad”, que impone que la única fuente a través de la que el hombre puede acceder a la verdad sea la ciencia positiva, el quantum”, explica. “Las verdades religiosas, siempre según la “modernidad”, pertenecerían al campo de lo subjetivo. Pero Juan Pablo II quiso explicarnos que la ciencia positiva no es el único método válido y que no puede responder a la pregunta sobre el sentido de la vida del hombre”.
“Con su obstinado afán por viajar y la colaboración de los medios de comunicación, el Papa consiguió poner en primer plano la dimensión religiosa del hombre”, concluyó.
¿Es diferente el modo de comunicar de Benedicto XVI? “Las diferencias son obvias”, responde casi sin pestañear. “Pero el resultado es igualmente espectacular. ¿Cómo se explica si no que vengan a Roma más peregrinos que nunca?”.
Navarro-Valls se detiene en una diferencia concreta. “Benedicto XVI supone un desafío para los medios. Recuerdo el discurso de Navidad. Esperábamos uno breve pero leyó un texto muy denso. Convertirlo en imágenes es todo un desafío para las televisiones”.
Según el ente oficial de encuestas italiano, en este país, el Papa Benedicto es el personaje más importante del año. “Es popularísimo porque la gente busca un enganche moral; se dan cuenta de que él no persigue ningún otro interés”.
¿Supo antes de los demás que lo habían elegido Papa? “Compartí la sorpresa con el mundo. Es un hombre de gran claridad intelectual y conceptual. Bastó una semana, tres días para que saltara por los aires la imagen de “gran inquisidor” que algunos le habían atribuido. Ha sido la institución del Pontificado la que nos ha permitido conocer a fondo a esta persona”.
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