VATICANO. LITURGIA. El Papa pide ortodoxia litúrgica a los neocatecumenales
¿Qué ha dicho el Papa a los neocatecumenales?
El pasado 19 de noviembre, el Papa recibió a los fundadores y dirigentes del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, Carmen Hernández y el sacerdote Mario Pezzi. Los neocatecumenales definieron la audiencia en una de sus publicaciones oficiales como “sumamente importante para la liturgia y práctica que realizamos en las parroquias”.
La respuesta del Papa llegó a principios de diciembre en una carta firmada por el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el cardenal nigeriano Francis Arinze.
Kiko Argüello, fundador de los neocatecumenales, explica que en la carta el Papa autoriza a continuar con “las moniciones antes de las lecturas, la presencias de ecos de la Palabra previos a la homilía, y tener el rito del paz antes del ofertorio”.
Pero el portavoz de los neocatecomunales en Italia va más lejos. “Si se piensa que es el único caso de realidad eclesial al que se le permiten importantes variaciones litúrgicas, se entiende mejor el significado de la carta”, explica.
La carta detalla seis “decisiones del Santo Padre” sobre la celebración de la Misa en estas comunidades.
La primera de ellas es una llamada a una mayor participación en las parroquias: al menos una vez al mes deberán celebrar la Misa con el resto de los fieles.
El segundo y tercer punto se refieren a las “mociones” y los “ecos”. De las “mociones” previas a las lecturas, se pide que sean breves. Asimismo, los “ecos”, hechos por laicos después de la homilía, deben ser “ocasionales”.
El Papa les pide además que en “menos de dos años” distribuyan la Comunión “según el modo normal de la Iglesia”. Habitualmente, las comunidades neocatecumenales, de entre veinte y treinta personas, la reciben sentados, en una mesa situada en el centro de la iglesia.
La última petición hace referencia al uso de otras Plegarias eucarísticas. Benedicto XVI sugiere que no sólo se use la segunda. Además, les pide que empleen los libros litúrgicos habituales de la Iglesia.
El cardenal Arinze termina la carta agradeciendo “al Señor los frutos que han nacido en la Iglesia por medio de las múltiples actividades del Camino Neocatecumenal”.
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