“Lo peor ya ha pasado”

Hospitalizado de urgencia 
“¿Tan grave estaba el Papa como para ingresarlo de urgencia?”, preguntaron a Joaquín Navarro-Valls, portavoz del Vaticano. “Lo suficientemente grave”, respondió el portavoz.
El diagnóstico de los médicos es escueto: “laringotraqueítis con episodios de espasmos laríngeos”. También revelan que está siguiendo varias “terapias de asistencia respiratoria que han conseguido la estabilización del cuadro clínico”. Los parámetros del Papa están “dentro de los límites de la norma”.
Poca información, pero un mensaje el del Vaticano que trataba de ser tranquilizador. “El Papa no ha recibido la atención del servicio de reanimación”, cerraba el comunicado.
Por tanto, la gripe de Juan Pablo II ha degenerado en una “laringotraqueítis” que le obligará a estar en el policlínico Gemelli durante “cinco o seis días”, según aseguró el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls. “Hasta que decidan los médicos”, aclaró más tarde.
Parece que “lo peor ya ha pasado”, pero los médicos consideran que debe continuar en el hospital. Los 84 años del Papa y el parkinson galopante que padece, aconsejan mantener la alerta.
Se ha sabido que, a pesar de la fuerte sensación de ahogo, Karol Wojtyla se opuso a ser ingresado, y que sus colaboradores más cercanos tuvieron que insistir. Al final, el Papa fue ingresado de urgencia al filo de las once de la noche.
El Vaticano ha asegurado que el Papa no ha perdido el conocimiento en ningún momento y que durante la noche de ayer se decidió proceder a ingresarlo de urgencia por una crisis laringoespasmódica. Navarro-Valls insistió en que no se ha hecho al Papa ningún TAC ni ninguna traqueotomía.
Por otro parte, los médicos del Papa no consideraron grave la situación puesto que cada uno de ellos fue a dormir a su casa. La situación era tranquila y el Papa pudo dormir algunas horas. “Está en buenas manos”, insistieron desde el hospital.
Las persianas de su habitación permanecieron prácticamente cerradas durante toda la jornada de ayer. Al Papa le están haciendo diferentes pruebas en una habitación de la décima planta del Policlínico Gemelli, en una zona privada con acceso diferenciado al del resto del hospital.
Es la octava vez que el Papa es hospitalizado en el policlínico Gemelli, “el Vaticano tres”, tras la Plaza de San Pedro y Castelgandolfo, como lo llama Karol Wojtyla.
La primera fue el 13 de mayo de 1981, tras el atentado de Ali Agca en la plaza de San Pedro. Un mes más tarde volvió para recuperarse de una infección viral. La tercera vez fue en julio de 1992 para operarse de un tumor en el colon. Una luxación y un tac en 1993 y una caída en 1994. La última vez fue hace nueve años, en octubre de 1996, cuando fue intervenido de apendicitis.
Durante el día de ayer, numerosos peregrinos se acercaron a las inmediaciones del hospital para rezar por el Sumo Pontífice. Incluso acudió un coro australiano que tenía previsto cantar en la audiencia general de hoy.