VATICANO Y PEKÍN. Uno de los obispos chinos no autorizados a asistir al sínodo envía una carta de agradecimiento al Papa

Está cayendo el muro de bambú, y Pekín no dice nada. ¿Es una buena señal? Esperemos que no sea otro cuento chino.

Un obispo chino escribe al Papa

Se ha terminado ya la fase de discursos del sínodo, pero no está todo dicho. Ayer, por sorpresa, el número dos del Vaticano, el cardenal Secretario de Estado Angelo Sodano, leyó una carta enviada por uno de los obispos chinos invitados por el Papa a acudir a Roma y no autorizados por Pekín.

Se trata de monseñor Luca Li Jingfeng, obispo “autorizado por el gobierno” de Fengxiang, en la provincia de Shaanxi.

La Santa Sede recibió la carta el pasado 6 de octubre, cuatro días después del inicio del sínodo. Sólo los padres sinodales conocen el contenido.

El arzobispo de Santiago de Chile explicó que en la misiva, cuyo contenido divulgará el Vaticano en las próximas horas, “dice que se siente grato por haber sido invitado al sínodo, y que este hecho también honra a China. Además, expresa el deseo que se establezcan relaciones diplomáticas con la Santa Sede”.

El Papa le responderá en las próximas horas con una carta de su propio puño y letra. Preguntado el cardenal Errázuriz sobre posibles avances diplomáticos entre Roma y Pekín, reconoció que “es un asunto doloroso y complejo, hay que rezar para que avance”.

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