VATICANO Y PEKÍN. ¿Pero qué está pasando entre estos dos?
Entre Roma y el Vaticano hay una muralla roja. Una muralla que poco a poco se está deshaciendo. Al ritmo chino y al ritmo vaticano. Un cocktail explosivo.
Georg Evers
German Ecumenical China Committee
“Los católicos de la Iglesia Patriótica China son leales al Papa”
En los últimos meses, el Vaticano evita en lo posible distinguir católicos “oficiales” y “clandestinos” en China. El país cuenta con “12 millones de fieles”. Esta semana se conoció que de los 74 obispos “oficiales”, sólo diez no han sido reconocidos por Roma.
Datos que no sorprenden a Georg Evers, uno de los que mejor conocen qué ocurre al otro lado de la Gran Muralla China. Desde el German Ecumenical China Committee, coordina iniciativas cristianas para promocionar la libertad religiosa en China. Es la política del Vaticano: que se permita a todos practicar su propia confesión y que no se imponga el ateísmo de Estado de la revolución Maoísta.
La China continental no ha podido asistir al sínodo, pero está siendo uno de los protagonistas.
Es la primera vez que el Papa invita a cuatro obispos chinos, tres de ellos de la Iglesia oficial, reconocida por el gobierno, y uno de la clandestina.
¿Por qué no han podido venir?
Los invitaron en julio y durante dos meses no hubo respuesta. Esta no vino del Gobierno sino de la Iglesia Patriótica que declaró que este tipo de invitación era un insulto para la Iglesia Católica en China.
¿Por qué lo consideraban un insulto?
Porque no fueron “consultados” antes.
¿Y por qué el Vaticano no les preguntó antes?
Si la Santa Sede se dirigiera directamente a la Iglesia Patriótica, el Gobierno les habría acusado de interferir en asuntos internos. Siguieron la otra dirección, y el problema cambió de sentido.
¿Un problema de protocolo?
No. Es la prueba de que la Iglesia Patriótica no está interesada en que avance la relación entre el Vaticano y Pekín. Si esta se resuelve, su influencia como asociación de laicos en la Iglesia Católica, disminuiría. Están defendiendo la posición que han adquirido, que es imposible canónicamente dentro de la Iglesia Católica, y lo saben.
¿Qué diferencia a la Iglesia Patriótica y a los católicos clandestinos?
Cuando he viajado a China me he encontrado con los católicos. Si hablamos de la actitud respecto al Papa, no hay absolutamente ninguna diferencia entre las personas de la, por así llamarla, Iglesia clandestina y los católicos de la Iglesia “autorizada”.
¿Reconocen al Papa?
Los católicos chinos son muy leales al Papa, como sucesor de Pedro y Vicario de Jesucristo. Significa religiosamente mucho para ellos. Usted puede comprobarlo, si lleva una foto del Papa es como si llevara un cuadro de un santo.
Entonces, ¿cuál es el problema entre China y el Vaticano?
Para el gobierno de Pekín, es doble: la Santa Sede debe romper las relaciones con Taiwán y dejar de interferir en asuntos internos.
¿Qué asuntos internos?
No quieren que el Papa pueda nombrar obispos en China, independientemente de que el elegido les guste o no. Consideran que el Papa es cabeza de la Iglesia Católica y Jefe del Estado Vaticano. Que un jefe de Estado extranjero tenga una potestad dentro del territorio de China es algo que, como ellos dicen, no debería pasar.
¿Y qué responde el Vaticano?
La República China exige unos puntos, lo llamaría “mantra”, que deben establecerse antes de la negociación de la cuestión diplomática. Y el Vaticano responde: “podemos hablar sobre las relaciones con Taiwán durante las conversaciones”, por lo que un eventual cambio en Taiwán sería una consecuencia.
¿Cree que es posible?
Los obispos de Taiwán han sido alertados y están dispuestos a sacrificar su status si es posible la relación con Pekín. La Santa Sede está preparada a hablar sobre esto y a cambiar su relación, pero no antes de ninguna reunión.
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