VATICANO. POLÍTICA. Benedicto XVI: “Un Estado sanamente laico reconoce espacio a la religión”

¿Qué concepción de Estado tiene el Papa? ¿Qué pueden tener en común un político ateo y el Papa? Más allá de la amistad, la prensa italiana lo interpreta como una alianza neo-con entre liberales y católicos.
Una alianza de la que “el político ateo” Marcello Pera, presidente del Senado italiano y miembro del partido de Silvio Berlusconi sería el “padrino”; y cuyo “programa” estaría escrito en una carta que el Papa ha enviado al político.

Los dos se conocen desde hace años. Un think tank italiano les invitó a debatir sobre las “raíces cristianas de Europa” y de sus conversaciones, y el posterior intercambio epistolar, nació un bellísimo volumen, best seller en Italia, bajo el título “Sin raíces”.

Con la carta, Benedicto quería saludar a los participantes de un congreso sobre “Libertad y Laicidad” presidido por Pera. En él han participado políticos e intelectuales italianos durante todo el fin de semana.

“El diálogo no quiere decir convertirse sino tomarse en serio las convicciones de los otros”, recordó este fin de semana Marcello Pera.

El Papa continúa el diálogo y ha encontrado unos curiosos aliados en un grupo de políticos agnósticos y liberales. Un cocktail explosivo.

De la carta enviada por Benedicto se desprende que el laicismo es y seguirá una de las batallas de su Pontificado. El Papa reivindica una “laicidad positiva que garantice a todo ciudadano el derecho de vivir la propia fe religiosa con auténtica libertad también en ámbito público”.

“Deseo que la reflexión al respecto tenga en cuenta la dignidad del hombre y sus derechos fundamentales, que son valores previos a cualquier jurisdicción estatal”, inicia el mensaje. “Estos derechos no vienen creados por el legislador sino que se inscriben en la naturaleza misma de la persona humana, y su origen último se remonta a Dios”, reivindica el Papa tedesco.

En la primera carta firmada de puño y letra por Benedicto XVI asegura que es “legítima” e incluso “provechosa” lo que considera “una sana laicidad del Estado” que permite que “las realidades temporales se rijan según las normas que les son propias”. Entre estas normas, pide que no se olviden las “instancias éticas que encuentran su fundamento en la esencia misma del hombre”.

El Papa continúa explicando que “entre estas instancias tiene relevancia fundamental el “sentido religioso” en el que se expresa la apertura del ser humano a la Trascendencia. También a esta dimensión fundamental del ser humano, un Estado sanamente laico deberá lógicamente reconocer espacio en su legislación”.

Benedicto XVI cierra su mensaje reconociendo que “para una renovación cultural y espiritual de Europa hará falta trabajar para que la laicidad no se interprete como hostilidad a la religión sino como empeño por garantizar a todos la posibilidad de vivir y manifestar las propias convicciones religiosas”.

Marcello Pera leyó entusiasmado la carta a políticos e intelectuales. Y respondió a la misiva en voz alta, en nombre de los asistentes. “Nos reconocemos en el principio del primado de la persona y de la dignidad del hombre anteriores a la legislación de los Estados”, escribió Pera.
A continuación, se desmarcó del Estado “laicista” y reivindicó uno “laico” que no es hostil al sentimiento religioso de los hombres, sino que colabora con él”.

“Sus palabras son para nosotros un punto de referencia y una agenda cultural y política”, cerró el presidente del Senado.

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