Todo lo que pasa en el Vaticano, en la Ciudad Eterna y alrededores

lunes, abril 24, 2006

VATICANO. PAPA. A un año de la fumata bianca


A 365 días de la fumata blanca, ¿por qué eligieron Papa al cardenal Ratzinger?

El Papa pasará en Roma el primer aniversario de la fumata blanca. Aunque no quiere celebraciones oficiales, es previsible que la tradicional audiencia general de las diez se convierta en un recuerdo del conclave y quizá en un balance del primer año.

El primer año de pontificado ratzingeriano ha estado marcado por su mensaje cercano y optimista, su estilo esencial, propio de catedrático universitario, y su la lucha sin tregua contra el relativismo.

Un modo de ser Papa que pocos esperaban, como también la fumata blanca de la plaza de San Pedro pilló desprevenidos a miles de peregrinos y periodistas allí presentes. Eran las 17,50 de la tarde. En España, ninguno de los canales televisivos estaba conectado con el Vaticano en ese momento. Las primeras noticias llegaron a través de SMS.

Una hora más tarde, el cardenal protodiácono, el chileno Jorge Medina Estévez cumplió el antiguo rito. “Anuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam”.

A las siete menos cuarto el mundo vio por primera vez al cardenal Ratzinger convertido en Sumo Pontífice, con las manos hacia el cielo como saludo. “Después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un sencillo y humilde trabajador de la viña del Señor”, dijo casi justificándose.

El cardenal español, Julián Herranz subrayo el domingo pasado que quisieron elegir Papa al más fiel colaborador de Juan Pablo II para que diera continuidad a su obra.

Benedicto XVI es reflejo del Papa polaco en el contenido, pero no en la forma. A sus 79 años recién cumplidos, la misma edad que Juan Pablo II un año después del viaje a Cuba, en 1999, no parece posible que renuncie a sus modos delicados y tímidos, especialmente ante las multitudes.
Aunque se echan de menos las improvisaciones del carismático Juan Pablo II, el número de peregrinos supera los record del jubileo del año 2000. Como ejemplo, el pasado domingo de Pascua, mas de 150 mil personas acudieron a mediodía la plaza para la bendición Urbi et orbi, en la que tradicionalmente no se llena la plaza de San Pedro.

Vittorio Messori intento explicarlo hace pocas semanas en una entrevista al Corriere della Sera. Según el escritor, mientras que la gente venía a Roma para "ver" a Juan Pablo II, ahora vienen para "escuchar" a Benedicto XVI. No es su carisma lo que o hace popular, sino la claridad de su discurso.

"Consigue explicar como si fueran nuevas, realidades que la Iglesia explica y comprende desde hace siglos", sintetizaba un experimentado "monsignore" italiano. Para reconocer si ha sido Benedicto XVI quien ha escrito un discurso, basta con buscar la expresión alemana "immer wieder", de Husserl, el "siempre de nuevo".

Benedicto XVI no ha sido tampoco el Papa "inquisidor" que algunos auguraban tras la fumata blanca. "Mi verdadero programa es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas", aseguro en la Misa de inicio de pontificado, "sino de ponerme a la escucha del Señor y dejarme conducir por Él, de modo que sea Él mismo quien conduzca a la Iglesia".

Giuseppe de Carli, vaticanista de la televisión publica italiana opina que en la elección de Benedicto XVI "fue decisivo su papel en las congregaciones generales previas al conclave". "allí no se limito a escuchar a los cardenales venidos de todo el mundo que describieron los problemas de la Iglesia, sino que intento darles respuesta", asegura. "Es su estilo. Es el hombre que tiene las respuestas, pero también el hombre que escucha", sintetiza.

Ese "escuchar" es otra de las sorpresas del aun breve pontificado. En marzo ha reunido un consistorio con todos los cardenales del mundo "para afrontar temas concretos en lugar de grandes sistemas", como decía uno de los participantes. Hablaron del posible cambio de la edad de jubilación de los obispos, de los 75 a los 78 años, o del retorno de los cismáticos lefevrianos a la comunión con Roma.

Es también el Papa de las pocas prisas: no tiene prisa en reformar la curia vaticana, no tuvo prisa en escribir su primera encíclica, escucha las opiniones de todos los afectados antes de tomar grandes decisiones...

“Si se hace un balance de las cosas externas, ha hecho poco: la encíclica, 15 cardenales, algún nombramiento...”, continua de Carli. “Pero nos ha invitado a salir de nuestra modorra. Quiere que sepamos que su Dios es un Dios cercano y nos acostumbra a usar la razón para ayudar a la fe a encontrar esa Persona que da la eterna felicidad”.

VATICANO. PAPA. A un año de la fumata bianca



Benedicto XVI demuestra los motivos por los que lo eligieron Papa

El Papa regresa hoy de sus minivacaciones de dos días en Castelgandolfo para pasar en Roma el primer aniversario de la fumata blanca. Aunque no quiere celebraciones oficiales, es previsible que la tradicional audiencia general de las diez se convierta en un recuerdo del conclave y quizá en un balance del primer año.

El primer año de pontificado ratzingeriano ha estado marcado por su mensaje cercano y optimista, su estilo esencial, propio de catedrático universitario, y su la lucha sin tregua contra el relativismo.

Un modo de ser Papa que pocos esperaban, como también la fumata blanca de la plaza de San Pedro pilló desprevenidos a miles de peregrinos y periodistas allí presentes. Eran las 17,50 de la tarde. En España, ninguno de los canales televisivos estaba conectado con el Vaticano en ese momento. Las primeras noticias llegaron a través de SMS.

Una hora más tarde, el cardenal protodiácono, el chileno Jorge Medina Estévez cumplió el antiguo rito. “Anuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam”.

A las siete menos cuarto el mundo vio por primera vez al cardenal Ratzinger convertido en Sumo Pontífice, con las manos hacia el cielo como saludo. “Después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un sencillo y humilde trabajador de la viña del Señor”, dijo casi justificándose.

El cardenal español, Julián Herranz subrayo el domingo pasado que quisieron elegir Papa al más fiel colaborador de Juan Pablo II para que diera continuidad a su obra.

Benedicto XVI es reflejo del Papa polaco en el contenido, pero no en la forma. A sus 79 años recién cumplidos, la misma edad que Juan Pablo II un año después del viaje a Cuba, en 1999, no parece posible que renuncie a sus modos delicados y tímidos, especialmente ante las multitudes.
Aunque se echan de menos las improvisaciones del carismático Juan Pablo II, el número de peregrinos supera los record del jubileo del año 2000. Como ejemplo, el pasado domingo de Pascua, mas de 150 mil personas acudieron a mediodía la plaza para la bendición Urbi et orbi, en la que tradicionalmente no se llena la plaza de San Pedro.

Vittorio Messori intento explicarlo hace pocas semanas en una entrevista al Corriere della Sera. Según el escritor, mientras que la gente venía a Roma para "ver" a Juan Pablo II, ahora vienen para "escuchar" a Benedicto XVI. No es su carisma lo que o hace popular, sino la claridad de su discurso.

"Consigue explicar como si fueran nuevas, realidades que la Iglesia explica y comprende desde hace siglos", sintetizaba un experimentado "monsignore" italiano. Para reconocer si ha sido Benedicto XVI quien ha escrito un discurso, basta con buscar la expresión alemana "immer wieder", de Husserl, el "siempre de nuevo".

Benedicto XVI no ha sido tampoco el Papa "inquisidor" que algunos auguraban tras la fumata blanca. "Mi verdadero programa es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas", aseguro en la Misa de inicio de pontificado, "sino de ponerme a la escucha del Señor y dejarme conducir por Él, de modo que sea Él mismo quien conduzca a la Iglesia".

Giuseppe de Carli, vaticanista de la televisión publica italiana opina que en la elección de Benedicto XVI "fue decisivo su papel en las congregaciones generales previas al conclave". "allí no se limito a escuchar a los cardenales venidos de todo el mundo que describieron los problemas de la Iglesia, sino que intento darles respuesta", asegura. "Es su estilo. Es el hombre que tiene las respuestas, pero también el hombre que escucha", sintetiza.

Ese "escuchar" es otra de las sorpresas del aun breve pontificado. En marzo ha reunido un consistorio con todos los cardenales del mundo "para afrontar temas concretos en lugar de grandes sistemas", como decía uno de los participantes. Hablaron del posible cambio de la edad de jubilación de los obispos, de los 75 a los 78 años, o del retorno de los cismáticos lefevrianos a la comunión con Roma.

Es también el Papa de las pocas prisas: no tiene prisa en reformar la curia vaticana, no tuvo prisa en escribir su primera encíclica, escucha las opiniones de todos los afectados antes de tomar grandes decisiones...

“Si se hace un balance de las cosas externas, ha hecho poco: la encíclica, 15 cardenales, algún nombramiento...”, continua de Carli. “Pero nos ha invitado a salir de nuestra modorra. Quiere que sepamos que su Dios es un Dios cercano y nos acostumbra a usar la razón para ayudar a la fe a encontrar esa Persona que da la eterna felicidad”.




Aunque lo revelo el mismo, pocos recuerdan que Benedicto XVI estuvo a punto de no aceptar su nombramiento. Dentro de la capilla sixtina, aunque crecían los apoyos durante las votaciones, no estaba nada claro que Ratzinger aceptaría la elección.
"A él le costó aceptar", constata el vaticanista de Carli. "Pero, un cardenal –explicó él mismo- le pasó un papel durante la cuarta votación". Esa carta de un purpurado no identificado fue decisiva.
Un breve texto en el que recordaba al cardenal Ratzinger la homilía que el mismo pronuncio en plaza de San Pedro para el funeral de Juan Pablo II.
El hilo conductor de aquel discurso fue la palabra "sígueme" con la que Jesucristo llamo a cada apóstol. El cardenal Ratzinger ilustro como Juan Pablo II renuncio a sus planes personales y respondió "si" al mismo "sígueme" en diversos momentos de su vida: abandono su carrera de actor, mas tarde, sus clases en la universidad, etc.
"Bien, ahora el Señor te llama. Ahora tienes que seguirlo tú", terminaba aquel texto. Y así lo hizo.

jueves, abril 13, 2006

VATICANO. JUAN PABLO II. Los milagros de Juan Pablo II



Juan Pablo II ya es un experto en un tipo de milagros

Matrimonios estériles que tienen un hijo o separaciones y discusiones familiares que se resuelven, son los “favores” en los que se ha especializado Juan Pablo II según su postulador, el sacerdote polaco Oder Slawomir.

“Se está haciendo evidente su predilección por la vida”, explicaba a GACETA don Oder. “Nos llegan repetidamente mensajes sobre niños que han nacido de matrimonios que no habían conseguido tener hijos tras años y años de intentarlo; y que, tras asistir a una ceremonia con el Papa, cuando todavía estaba vivo, o tras peregrinar a su tumba o pedirlo por su intercesión, han nacido estos niños”.

Para que Juan Pablo II sea declarado santo, deberán demostrarse dos milagros. El segundo milagro deberá realizarlo después de la canonización.

Hace algunas semanas se supo que la postulación está recogiendo los datos médicos de tres curaciones milagrosas, una de las cuales llevará a Juan Pablo II a los altares. La que tiene más papeletas de conseguirlo es la curación en mayo de una religiosa enferma de Parkinson, la misma enfermedad que padeció Karol Wojtyla.

Un milagro que, explica entre sonrisas don Oder, cuadra perfectamente con la “especialidad” de Juan Pablo II ya que la religiosa trabaja en un reparto de maternidad.

Hasta la oficina del postulador de Juan Pablo II llegan cada día decenas de testimonios a través del correo o la web oficial de la canonización. Una web en seis idiomas que ofrece la oración para la devoción privada del Papa Wojtyla en 24 idiomas, entre ellos el turco y el chino.

La web publica muchos de esos milagros: el desvío de un huracán en México, un niño sordo en Maryland, Estados Unidos, que recupera el oído, la curación de una rodilla inflamada, o la resolución de graves problemas económicos.

Preguntado sobre si Juan Pablo II ha hecho algún milagro en España, don Oder no desea dar una respuesta. “Sobre la procedencia geográfica no le sé decir... Llegan muchos, y de muchos lugares”...

Según don Oder, sin embargo, “los más conmovedores son los milagros que, por la jurisprudencia, no podrá tener en cuenta la Congregación para las causas de los santos”. Se refiere a los llamados “milagros morales”, “de naturaleza moral, como la superación de un vicio, la conversión, la recuperación de la fe, la solución de una pelea familiar, etc, muy difíciles de probar”.

Desde hace poco, la postulación de la causa difunde el boletín Totus Tuus, que recoge los avances. “Con él queremos que las personas conozcan la actividad de la comisión que trabaja en el proceso, ayudar a que se entienda qué significa un proceso de beatificación y en qué punto estamos”, asegura el postulador.

El 1 de abril se clausuró en Cracovia la fase local del proceso de beatificación de Juan Pablo II. Antes de que el proceso llegue al Vaticano, deberá concluir la fase local de Roma. Don Oder declaró a principios de año a GACETA que no concluiría antes de Semana Santa, como se ha confirmado.

“Es muy difícil determinar los tiempos”, asegura don Oder. Actualmente el Tribunal diocesano se está ocupando de escuchar los testimonios. A la vez, una Comisión histórica está recogiendo los documentos no publicados de Juan Pablo II”, explica.





miércoles, abril 05, 2006

VATICANO Y CHINA. Ambos reconocen que están negociando

Más cerca de un acuerdo

Este fin de semana el ministro de Exteriores del Vaticano, monseñor Giovanni Lajolo reconoció que China y la Santa Sede ya han comenzado a hablar. “La Santa Sede ha intentado hacer ver las necesidades de la Iglesia en China a través de contactos informales”, explicó Lajolo.
Un gran paso adelante porque hasta ahora Pekín no respondía a las llamadas procedentes de la Santa Sede o lo hacía para eliminar toda esperanza de diálogo exigiendo que primero rompa relaciones con Taiwán.
“Ha habido altibajos en las conversaciones, como sucede en todas las negociaciones, pero parece que no han faltado frutos”, añadió Lajolo.
Pero el ministro en sus declaraciones se refirió también a “niveles intermedios” que se mueven en dirección contraria a la de las altas autoridades de Pekín “que sí que muestran su voluntad de regularizar las relaciones”.
Ayer mismo, EFE informaba de que un portavoz de la Iglesia Patriótica china, única institución católica autorizada por Pekín a cambio de romper sus vínculos con Roma, destacó que desea una futura visita del Papa Benedicto XVI a China, “pero cumpliendo las condiciones impuestas” por el Gobierno chino.
Este fin de semana monseñor Lajolo aseguró que el Papa desea “grandemente” visitar China, “pero que es imprescindible que lo invite el gobierno chino”.
“El Papa no dudaría de aceptar la invitación aunque llegase en el año 2008, cuando tendrá 81 años”, aseguró Lajolo a varios medios de Hong Kong.
El vicepresidente y portavoz de la Iglesia Patriótica, Liu Bainian, declaró a EFE que el interés del Sumo Pontífice en viajar a China”es un deseo del Papa y nuestro”. Las condiciones, ya expresadas por Pekín en numerosas ocasiones, son la ruptura con Taiwán y la promesa de Roma de no interferir en los asuntos religiosos internos de China, especialmente el nombramiento de obispos. ”Lo importante es que el Vaticano dedique más esfuerzos para la mejora de las relaciones con China, en base a los dos puntos expuestos por Pekín”, añadió el portavoz. La prensa de Hong Kong recoge que Benedicto XVI señaló en Roma a la delegación de la ex colonia británica, que su viaje a China, dependen de "los designios de Dios".
China es uno de los pocos países del mundo que no pudo visitar su antecesor, Juan Pablo II.
La Santa Sede y China no mantienen relaciones diplomáticas desde la década de los 50, y ningún Papa ha viajado al país asiático en toda la historia, aunque Pablo VI viajó a Hong Kong en 1970, cuando el territorio era todavía colonia británica.
El Vaticano ha mirado con atención la reacción de China al nombramiento de cardenal al combativo obispo de Hong Kong, Joseph Zen, al que Pekín considera una piedra en el zapato.
El ahora cardenal ha criticado en numerosas ocasiones la represión china de la libertad religiosa.
El nombramiento que, obviamente, no ha gustado al gobierno comunista, pero la reacción no ha sido exagerada. Es la prueba de que algo está cambiando entre los susceptibles jerarcas de Pekín.
Roma se ha encargado de repetir continuamente que “la decisión de Benedicto XVI de incluir a Zen entre los 15 neo cardenales, es la prueba del gran amor que siente por China”.
Lajolo aseguró que se trata de un reconocimiento “del gran valor de la cultura y la tradición china y del papel que el país tiene hoy en el mundo”.
El portavoz Liu también comentó el reciente nombramiento como uno de los nuevos cardenales de Roma del obispo de Hong Kong, Joseph Zen, quien según los analistas actuará como mediador en el proceso de acercamiento entre el Vaticano y China. Liu señaló al respecto que su Iglesia no ha emitido ninguna felicitación oficial "ni a Zen ni a ninguno de los otros 14 cardenales creados", y que la relación de la Iglesia de Pekín con la de Hong Kong sigue siendo "de hermandad y no intervención”.

 

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